NIÑOS CUCURUCHOS
Cucurucho
El traje talar utilizado por
los cucuruchos en Guatemala tiene una larga trayectoria. Su origen se remonta a
los primeros trajes de peregrinos utilizados en Europa, hacia el siglo IX,
cuando recorrían los lugares sagrados del centro europeo y, sobre todo, a
partir del siglo XI, cuando visitaban los lugares santos en Medio Oriente. Esta
indumentaria estaba ligada a la utilizada en conventos y abadías. Otra
influencia fue el traje de peregrino establecido por la orden franciscana, a
partir del siglo XII. Estos ropajes tuvieron amplísima difusión en toda Europa.
En España se volvieron comunes, sobre todo en las peregrinaciones a Santiago en
Compostela.
Devoción, tradición o diversión
En la actualidad es muy raro
al encontrarse con niños que verdaderamente tienen la llamada ¨devoción¨ al
portar un traje de cucurucho y cargar una procesicion cuando aun no conocen a profundidad
el significado de el mismo, pero no se puede dejar de mencionar ciertos niños
que tiene ciertos conocimientos y saben en realidad.
En otros ejemplos menciono la
``tradición`` familiar la cual sumergen a los niños a una costumbre de años
vuelta tradición, ya que no se puede dejar de mencionar las familias completas
con los niños desde el mas pequeño hasta
el mas grande miembro de la familia, con sus trajes morado con negro y el turno
de espera en su pecho, esperando la parada de dicha imagen y cargarla con devoción.
Los niños hijos de los
cucuruchos, prácticamente son nacidos en la cuna del ritmo del marcapasos procesional,
están al lado de sus padres y no le temen a los romanos de san José y ven con
naturalidad las imágenes tan marcadas de los santos y la serenidad que después del
turno proyectan sus fieles y devotos papas.
En la parte contraria vemos también
niños cucuruchos que ven todo en pura diversión como es si dudarlo su mundo tan
real, ya que no paran de jugar con los candeleros, turnos, trajes y demás, no olvidando
también las visitas a las procesiones sin dejar de pedir a sus papas los tan
mencionados algodones de azúcar, chupetes y burbujas de jabón.
Independientemente cual sea
la razón de la vestimenta, visita y recorrido de cada niño cucurucho, el será el
encargado de mantener viva la tradición o recuerdo de las procesiones de semana
santa, y así trasmitir a sus próximas generaciones en sentimiento de la
DEVOCION, TRADICION O DIVERCION de ser cucurucho.
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